domingo, 11 de agosto de 2013
El Hombre de la siembra, que aun sigue sin ser cosechada…
Arturo Uslar Pietri:
Como un escultor diestro elabora una inspirada talla y con la claridad del trazado de una blanca tiza, con que un profesor desplaza sus enseñanzas sobre un pizarrón; alusivo este ultimo a la bien recordaba columna de nuestro personaje Arturo Uslar Pietri en el Diario El Nacional; el escritor Rafael Arráiz Lucca nos relata en profundidad, la vida de uno de los intelectuales, escritor, periodista y literario más influyente en la historia contemporánea venezolana, sin olvidar su navegar en los afanosos mares de la política nacional.
Nace de la unión de dos familias de raíces distintas, apegadas al país por razones circunstanciales, su padre el Coronel Arturo Uslar Santamaría y su madre Helena Pietri Paul, hija de un reconocido y apoderado militar de la época el general Juan Pietri. Del seno de este matrimonio proviene Arturo Uslar Pietri, llegando al mundo un 16 de mayo de 1906 en Caracas, siendo el mayor de tres hermanos, Helena (1908), Teresa (1909) ambas mueren previo a cumplir dos años; y su hermano Juan (1925) quien se dedicaría a los estudios de Historia e incursiono en la diplomacia, fallece en 1998. Los primeros años de Arturo se desarrollan entre Caracas, la población de Cagua y Maracay, teniendo una niñez como adolescencia cercana a sus padres, con una interesante y afectiva relación con los hijos del General Juan Vicente Gómez; y sobre todo una época marcada perennemente por una buena educación inicial y secundaria, la cual lo conduce a vivir un quinquenio (1924-1929) como estudiante de la facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Central de Venezuela.
El joven Uslar da muestra de su inclinación por el arte de la literatura, pues para ese momento aun su vocación por la política no era ostentada. En la universidad tiene la oportunidad de conocer y compartir con los que fueron integrantes de la tan conocida generación del 1928, aunque no se involucro con ella en el aspecto político, por la cercanía de su familia con Gómez; si fungió como colaborador en el ala literaria de la misma. A pesar de provenir de familias con líneas militaristas, para Arturo Uslar lo suyo fueron las letras, la educación, el periodismo y servicio público. Sin duda fue un civil en plenitud, pero sin relegar de la hombrada militar.
En el año 1929, siendo abogado, viaja a Paris, debido que es nombrado por el gobierno nacional, como Agregado civil de la Legación de Venezuela en Francia. Fue una etapa transcendental en la vida del afanado escritor, será un periodo de mucho aprendizaje en lo profesional y en su nueva faceta como diplomático, que mas tarde fomentaría su vínculo con el sector político. En su estadía en la también conocida Ciudad de La Luz, Arturo Uslar profundizó con pasión, sus dotes por la literatura, de allí germina su primera novela, que luego resulta con gran éxito tanto en países europeos como americanos, me refiero a Las Lanzas Coloradas, la cual marco una pauta en la escritura latinoamericana, tanto así que Vargas Llosa comenta “Abrió la puerta para lo que sería luego el reconocimiento de la novela latinoamericana en todo el mundo”.
Esta obra surge como resultado de su fogosidad por el nacionalismo, declarándose en una entrevista concedida al mismo Arraiz Lucca en el año 2001, “Yo siempre he sido muy venezolano, y me preocupaba la llegada de 1930, que era el año del Centenario de la muerte de Bolívar, y me preocupaba qué íbamos a hacer los jóvenes venezolanos con ese centenario”. De tal forma, se inicia una vida como escritor, apegada a su afán de propiciar cambios culturales en el país de ese entonces. Lo vivido en Europa fue sumamente influyente en las narraciones hechas por el autor. No es de sorprender, fue cuando el mundo le abre sus puertas, sale de Venezuela por primera ocasión, con 23 años y animado de hacerse un gran escritor.
“Vuelve a la Patria” así, titula Arraiz el quinto capítulo de su libro sobre Uslar para la Biblioteca Biográfica Venezolana de El Nacional; y que podría referir en lo particular, como el lapso donde el protagonista de este ensayo, inicia el desarrollo de grandes tareas y retos, entre ellos llegar a Venezuela como presidente de la Corte Suprema de Justicia en el estado Aragua. Posteriormente, escribe para los principales diarios del país, como El Universal y Ahora, este último, en el que plasmaría el editorial más celebre y transcendental de la historia del periodismo nacional, fechado el 14 de Julio de 1936, “Sembrar El Petroleó”. Estas cortas palabras se consolidaron en el tiempo en una consigna venezolana, que luego ampliaremos sobre dicho postulado.
Arturo Uslar formo parte de agrupaciones políticas, entre ellas la Organización Revolucionaria de Venezuela (ORVE) y El Partido Agrario Nacional (PAN). Participo en la gestión del presidente López Contreras donde ostentó importantes cargos en el Ministerio de Hacienda, de Relaciones Exteriores y su mayor reto, con tan solo 33 años, es designado Ministro de Educación. Fue profesor universitario en la UCV, donde fundó la cátedra de Ciencias Sociales y Económicas. Para 1941, Medina Angarita lo nombra secretario de la presidencia de la República, luego Ministro de relaciones interiores. Con la caída del gobierno es enviado al exilio a New York por cinco años, alegándose del amor de toda su vida, Isabel Braun Kerdel, su esposa e hijos Arturo (1940) y Federico (1944).
Al retornar a su patria incursiona en la televisión y la radio, produciendo varios programas entre ellos, su legendario Valores Humanos, con el cual, se convierte en uno de los personajes más conocidos del país. En su fase política, es electo senador en tres periodos (1959-1964) por el partido URD y el FND, siendo co-redactor de la constitución nacional de 1961. Dos años más tarde, parte con la consigna “Arturo es el Hombre” a un nuevo reto, la carrera hacia la presidencia de la republica, apoyado principalmente por partidos independientes modestos en comparación con la alzada sostenida por Acción Democracia para entonces.
Uslar Pietri no se separa de su prédica de siempre, la de Sembrar el petróleo, luchar contra la demagogia, gobernar con los mejores y ser eficiente, para sustentar así, su programa de gobierno. No pudo ganar, pero obtuvo un importante 16,08% de los escrutinios. Más adelante, funda y preside el Frente Nacional Democrático (FND). Con el tiempo la vida le permite volver a Paris, esta vez como embajador de Venezuela ante la UNESCO, bajo la presidencia de Carlos Andrés Pérez. En el periodo de 1975 a 1979, sigue sumando éxitos como escritor, pues allí en la ciudad donde todo empezó, urdirá dos nuevas novelas, su último libro de relatos y el famoso libro de ensayos denominado Fantasmas de dos Mundo. Llegando a sumar de por vida: siete novelas, treinta y un volúmenes de ensayos, cinco libros de cuentos, seis libros sobre sus viajes, tres poemarios, cinco obras de teatro, aproximadamente 1900 artículos en su columna “Pizarrón” y casi dos mil programas de televisión.
Al sumergirse en las profundidades de la biografía de este ilustre venezolano, se permite ver que mas allá de esa tan famosa frase, que logre escuchar años atrás en mi escuela cuando niño; hay un gran personaje, costaría mucho resumir en pocas líneas una vida tan larga, llena de interesantes vivencias, con ardura experiencia política y profesional, sumado a su dedicación como servidor público. Un vasto e importante legado deja Arturo Uslar a las generaciones futuras, antes de partir físicamente un lunes 26 de febrero del año 2001, cerrando así una historia hecha hombre, pero que a su vez abre las puertas al estudio de atractivos planteamiento que continúan vigentes a pesar del tiempo.
Basado en como Arraiz Lucca describe de este insigne venezolano, se hizo referencia en lo presentado hasta ahora, en una breve síntesis de lo más resaltante de su vida, pero faltarían cantidades de libros, unos tantos historiadores y escritorios para a ciencia cierta plasmar todo lo hecho por Uslar. En tal sentido, cabe la posibilidad de progresar en el análisis de la persona en estudio, quien evidentemente ejerció un liderazgo multifacético, lo percibimos en su pasión por la literatura permitiendo así llevar sus doctrinas a millones de lectores, pero además fue un interesante guía en el periodismo, nunca dejo de ser un trabajador por la luchas sociales, pero principalmente pudo cabalgar con éxito en el campo de la política, pues es en ella donde se desarrolla la mayor parte de su vida, en búsqueda de hacer realidad sus ideas sobre una sociedad más próspera, marchando al encuentro de la libertad plena, sin olvidar el máximo de igualdad posible para todos sus coterráneos.
El calor de la actividad política venezolana estuvo siempre presente en Uslar, de tal forma que llega a fundar partidos políticos, ser legislador, diplomático y ocupar sustanciales cargos en diversas administraciones de la presidencia republicana, e inclusive aspirar a ser el segundo presidente de la época democrática. En 1962, asevera “Que la política no es una ciencia; ni una disciplina que se aprende, sino que es un arte. Un gran político decía que la política es el arte de las posibilidades y con esto está dicho que es la más difícil de todas las artes”. Este hombre cortejo con las situaciones de ser hecho para lo intelectual, pero se inclinó en el tabernáculo de la lucha política, guiado por la
voluntad de querer cambiar la realidad de su tiempo.
El interés por la trasformación económica, educativa y social de Venezuela, se ve reflejado en su participación en los tantos escenarios donde anduvo con una moderna perspectiva de país, traducida por ejemplo, en la inversión de la renta petrolera percibida por la nación, en el perfeccionamiento agrícola y tecnológico. No dejando por fuera el mejoramiento de la educación. Estos planteamientos hechos por Arturo, hoy en día los carece nuestra sociedad, por la falta de compromiso de los gobernantes, pues si esa célebre frase de “Sembrar el Petroleó” estuviese materializada, cuan prospero hubiese sido nuestro presente, y no hablar del futuro, Uslar Pietri buscaba representar con está, mucho más de lo que escribió en el mencionado artículo, se trababa de independizar nuestra sustentabilidad económica de la simple venta del petróleo, era la idea que hoy muchos mantienen de industrializar el país, de hacer de nuestras tierras potencias agrícolas y de esta forma preservar mejores tiempos para generaciones subsiguientes.
En consecuencia llamo a Arturo Uslar Pietri como El Hombre de la siembra, que aun sigue sin ser cosechada. No cabe duda que propago un importante y valioso contenido cultural en nuestra sociedad. Logró mediante sus escritos, libros, ensayos, sobre todo con sus acciones y decisiones políticas, tal vez acertadas en ocasiones como en otras no; apuntar su entorno hacia el asociativismo entre diversos grupos, como salida para buscar el empoderamiento de decidir de una sociedad sobre su destino. Nuestro autor descubrió el balance de su personalidad, su disciplina y su voluntad, una coalición que lo transportó a sostener una vida plena de realizaciones en distintos órdenes.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)